Hace dos semanas tuve la suerte de asistir a la edición 2021 de la feria hortofroctícula Fruit Attraction. Era el punto de encuentro de trabajadores del sector en el que ver caras conocidas, dilucidar rostros vistos a través de la pantalla o voces oídas a través de nuestros teléfonos y, sobre todo, hacer contactos y tratos nuevos.
Las ganas de trabajo mano a mano y la innovación eran palpables en cada entrevistado. Los colores atractivos inundaban los diez pabellones de IFEMA en busca de nuevas oportunidades. Las ganas de cambiar el mundo a mejor, ya sea con productos orgánicos, tecnología que resuelve problemas de manera insólita, dar el salto al otro lado del mundo...
Me sorprendió descubrir el mercado "premium" de las frutas exóticas al otro lado del charco. Los americanos estaban dichosos de entablar lazos con unos clientes que cada vez demandan más sus productos autóctonos.
También era sorprendente tener cara a cara al personal que componen empresas de gran nivel nacional como Fontestad.
Desde mi punto de vista, y puesto que este post es mi opinión, fue un orgullo ver a mi tierra tan comprometida en una feria como esta. Extremadura traía productos tan beneficiosos como jugo de aloe vera o productos ecológicos de elaboración propia relacionados con el higo. Juana, copropietaria de Ecoficus, nos animaba a cambiar el mundo con pequeños gestos. Quería hacernos conscientes de que no existe un planeta B y este lo estamos destrozando.
En cuanto a esto, era palpable ver los distintos intereses de unos y otros, sus móviles de negocio. La guerra constante entre la economía y el medio ambiente.
Creo que compartir espacios como Fruit Attraction pueden ser beneficiosos para ver las distintas perspectivas que podemos encontrar en el sector hortofructícola. Disfruté de la experiencia de los entrevistados, de su pasión por lo que hacen y de la sabrosura de sus productos.
Para mí, como acreditada de prensa, fue una experiencia inolvidable.
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